Conoce a Elena López, directora del CAE Montefiz: “El trabajo con los menores que pasan por Montefiz me enganchó”.
Cuéntanos algo de ti, tu trayectoria profesional, y si lo consideras, algo personal.
Soy una orensana que a sus 18 años no tenía muy claro a qué quería dedicarse y acabó estudiando Trabajo Social en el campus de Orense de la Universidad de Vigo, promoción de 1996-1999.
Finalizada la diplomatura, seguía con muchas dudas. Esta vez porque no tenía claro qué ámbito me gustaba más, y tampoco si quería estudiar una oposición u otra carrera, hasta que me enteré de que había una formación en la Universidad de Vigo a raíz de la Ley Orgánica 5/2000, reguladora de la responsabilidad penal de los menores, cuya finalidad era preparar a un equipo de profesionales para abrir el primer centro íntegramente terapéutico de menores en España y único, por el momento, en Galicia.
Esta formación marcó mi carrera profesional y, por ende, mi vida personal. Lo que iba a ser una formación y primer trabajo para ir adquiriendo experiencia se ha convertido en parte de mi vida. Se puede decir que el trabajo con los menores que pasan por Montefiz me “enganchó”.
Es un trabajo muy gratificante porque ayudas a jóvenes a dar un cambio en su vida. Eres su referente. En su mayoría, son muy agradecidos y siguen llamando al centro con el paso de los años para contarte cómo les va, y eso te hace sentir muy bien. Pero, realmente, lo más gratificante y valioso de este trabajo, es lo que esas personas te aportan y te hacen valorar. Yo siempre se lo digo a mis allegados: sabía que tenía los mejores padres y el mejor entorno del mundo, pero mi trabajo me ayudó a confirmarlo y a saber que me tocó la lotería el día que nací.
Desde diciembre de 2016, soy directora en el Centro de Atención Específica Montefiz, pero comencé a trabajar en el centro en julio de 2001, cuando este llevaba un mes en funcionamiento, y fui pasando por distintos puestos hasta llegar al actual (educadora, coordinadora y subdirectora). La gestión del centro también ha ido pasando por distintas entidades que le han ido aportando su experiencia y ayudándolo a crecer hasta la actualidad.
¿Qué tipo de centro es el CAE Montefiz? ¿Tiene alguna particularidad?
El centro pertenece a la categoría de Centros de Atención Específica: «aquellos en los que se realiza atención educativa especializada o tratamiento específico dirigido a menores sujetos a medidas judiciales que padezcan anomalías o alteraciones psíquicas, un estado de dependencia de bebidas alcohólicas, drogas o sustancias psicotrópicas, o alteraciones en la percepción que determinan una alteración grave de la conciencia de la realidad».
Montefiz cuenta con una capacidad para atender de forma simultánea a un total de 23 menores de ambos sexos con medidas judiciales de internamiento terapéutico con sentencia firme y/o cautelar, en régimen cerrado, semiabierto y abierto dictadas por el Juzgado de Menores en aplicación de la Ley Orgánica 5/2000.
¿Qué tipo de intervenciones se realizan en el centro?
Durante 2023, el centro mantuvo un nivel medio de ocupación relativamente estable, con una media de 93,61% de plazas ocupadas durante todo el año. Se ejecutaron un total de 48 medidas de internamiento terapéutico, siendo el delito más frecuente el de amenazas, seguido por el de violencia doméstica y de género.
En cuanto a las actuaciones realizadas dentro del ámbito sanitario, se prestó asistencia médica a todos los menores del centro, hasta un total de 34.
En el ámbito psicológico y psiquiátrico, se ha realizado una atención especializada en casos de violencia filio-parental, delitos sexuales y conductas adictivas, atendiendo tanto la problemática médica cómo farmacológica en todos los casos.
Dentro del ámbito educativo y escolar, todos los menores en edad de escolaridad obligatoria asistieron a las clases de primaria y secundaria establecidas, con el apoyo de la profesora asignada por la Consellería de Educación de la Xunta de Galicia y del profesorado de la E.P.A. (Educación para Adultos). En el curso 2022-2023, estuvieron matriculados 22 menores, de los cuales 20 permanecieron en el centro hasta finalizar el curso, 18 lo superaron, y 6 obtuvieron el título de la ESO.
En el área de inserción sociolaboral abarcamos varios ámbitos: orientación laboral, desarrollo de itinerarios individuales de inserción, talleres para facilitar la inserción, talleres productivos desarrollados por la empresa Insergal, S.L.U., derivación a recursos externos de inserción con la Fundación Laboral de la Construcción, la Confederación Empresarial de Ourense, la Cámara de Comercio y diversas asociaciones empresariales y, finalmente, prácticas en empresas o bolsas formativas.
Háblanos sobre el equipo de profesionales del centro.
Me gusta destacar el gran equipo humano con el que cuenta Montefiz. Creo que es la mayor riqueza y fortaleza del centro. A pesar de las dificultades, miedos e incertidumbres propias, los profesionales acuden a su puesto de trabajo dejando cualquier malestar fuera de la zona de menores para poder hacer una mejor intervención y atender a esas dificultades, miedos e incertidumbres ajenas. Un ejemplo de todo ello es que muchos de los profesionales que han pasado por el Centro Montefiz han promocionado a puestos directivos o técnicos de otros centros o recursos, han encontrado trabajo en la administración y algunos de ellos han comenzado a enseñar la enseñanza en distintas universidades, gozando de un reconocido prestigio.
¿Cuál es el perfil de los menores que cumplen medidas en el centro?
Los menores objeto de intervención terapéutica cada vez presentan problemáticas de mayor gravedad. En 2023, los trastornos mentales registrados fueron: trastorno de conducta, trastorno de desregularización disruptiva del estado de ánimo, trastorno explosivo intermitente, trastorno del neurodesarrollo no identificado, TDAH, juego patológico, trastorno límite de personalidad, esquizofrenias, trastorno de personalidad histriónica, trastorno de personalidad antisocial, trastorno de personalidad esquizotípica, trastorno del apego reactivo, trastorno de personalidad mixta, y trastorno disocial en el ámbito familiar.
Además, los menores también suelen presentar problemas de drogodependencia, alcoholismo y deficiencia mental. No son pocos los menores atendidos en Montefiz que llegan con una valoración de discapacidad o que se les tramita una vez están en el centro. También se hacen derivaciones para solicitar medidas de apoyo o curatelas.
Otro protocolo que ha incrementado su aplicación en los últimos años es el de prevención de suicidios; cada vez es mayor el número de menores que necesitan la apertura de éste durante su permanencia en el centro.
¿Qué programas o actividades han resultado más efectivos para ayudar a los menores a reintegrarse en la sociedad?
No creo que haya una actividad o programa más efectivo que otro. Cada persona tiene distintas necesidades y lo que nos vale para una, a lo mejor con otra no funciona. Lo que sí funciona es hacer un buen diagnóstico como punto de partida, ser realistas con los objetivos que nos podemos marcar teniendo en cuenta el tiempo de la medida, el trabajo en equipo tanto dentro del centro como la coordinación con juzgados, fiscalías y distintas entidades que participan en las medidas. Todos debemos seguir la misma línea de trabajo y, por supuesto, trabajar el vínculo, ya que es nuestra mejor herramienta de trabajo. También destacaría la importancia de la estructura y las normas del centro, que para este tipo de problemáticas es fundamental.
Por supuesto, debemos trabajar la toleración a la frustración, ya que en algunos casos, por mucho que los profesionales queramos conseguir un cambio, a veces no es posible por diferentes motivos, como el de volver a un entorno desfavorable, incapacidad o simplemente la falta de voluntad para cambiar.
¿Cuáles son los desafíos más comunes que enfrentan los menores en su proceso? ¿Cómo se trabaja con los padres o tutores para apoyar en el proceso?
Las dificultades que nos podemos encontrar para llevar a cabo la intervención pueden ser tan variables como menores atendemos. Sin embargo, hay algunas que son bastante comunes, como la dificultad para vincular, la aceptación de la problemática, la adherencia al tratamiento, padres ausentes o aquellos que, aunque a priori parecen colaboradores, luego no siguen una pauta y son cómplices de sus hijos e hijas.
Lo que sí se ha demostrado a lo largo de los años es que aquellas personas que adquieren conciencia de su problema y aceptan ayuda, las que cuentan con un entorno más favorable o aquellas cuyos padres se han implicado en el proceso, han obtenido mejores resultados.
¿Qué papel tiene el CAE Montefiz en la comunidad?
Hoy día, el centro es un referente tanto en la comunidad como fuera de ella. Han pasado menores de distintas comunidades y mantenemos contacto y buena relación con las distintas entidades que colaboramos y trabajamos: juzgados, fiscalías, equipos técnicos, policía, jefaturas y delegaciones provinciales. También recibimos alumnos en prácticas de las universidades de Vigo y Santiago, tanto de educación y trabajo social como de psicología y varios másteres de estas universidades. Es habitual la colaboración de distintos profesionales del centro en charlas o formación cuando nos la solicitan.
Por Montefiz han pasado muchos menores a lo largo de los años, ¿puedes contar alguna historia de éxito?
Ya han pasado 23 años desde que abrió Montefiz y por él han pasado una gran cantidad de jóvenes. Como la mayoría de ellos son de otras provincias, a menos que nos llamen, vamos perdiendo el contacto con ellos. No ocurre así con los que viven en la ciudad de Orense, que al ser pequeña, es fácil encontrarse con ellos y ver cómo han ido evolucionando en sus vidas. Es muy gratificante comprobar que muchos están trabajando, como por ejemplo, un menor que es celador, otro que ha estudiado trabajo social, y otro que es barrendero en el Ayuntamiento. Pero sobre todo, nos llena de orgullo que nos saluden y recuerden con mucho cariño y gratitud.
Es un honor ser sus referentes, y el mayor agradecimiento que podemos recibir es verlos bien y alcanzando sus metas.
Dinos algún valor de Ginso con el que te identifiques
Como comentaba al principio, no soy muy objetiva porque me encanta este trabajo, pero también hay que decir, y esto lo comparto con GINSO, que es un trabajo que exige compromiso y responsabilidad, cooperación y respeto, y en general, todos los valores de la entidad, pero sobre todo el de la dignidad humana.
Siempre debemos tener en mente el interés de los menores con los que trabajamos. Ayudar a personas vulnerables, enfermas y con situaciones personales tan complicadas es un trabajo muy exigente. No podemos ayudar a otros cuando nosotros mismos no estamos bien, por lo que este trabajo exige un esfuerzo adicional. Es una responsabilidad cuidarnos, dejar de lado nuestras preocupaciones, miedos y enfados cuando trabajamos para no proyectarlas. Para que todo esto sea posible debemos contar con entidades que cuiden a los equipos, trabajar coordinadamente y sobre todo, que entiendan este tipo de trabajo.
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